La vida privada del actor Brad Pitt se ha visto sometida a un escrutinio constante desde sus inicios.
Comenzó su carrera a finales de los años ochenta y, casi desde el principio, establecería una especie de ‘modus operandis’ en sus relaciones, que en la mayor parte de los casos lo vinculaban a las actrices con las que compartía proyecto.
En 1989, cuando todavía rodaba telefilms y películas de serie B, coincidió con Jill Schoelen en el ‘slasher’ Clase sangrienta y formalizaron una relación en la que incluso llegaron a comprometerse. Al parecer él le escribía cartas a su amada con poesías.